Qué visitar en Estambul, la ciudad de las mil mezquitas

Qué visitar en Estambul, la ciudad de las mil mezquitas

Estos son los templos, mezquitas y construcciones que no te puedes perder en tu viaje a la capital de Turquía.

A Estambul no sólo irás a visitar monumentos: también querrás comer en algún restaurante típico, desconectar en un hamam (baño turco) o salir de fiesta, así que te recomendamos este artículo.
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Estambul es l ciudad que conecta dos continentes: el europeo y el asiático.

Por Julia Moreno | Estambul es la ciudad más grande de Turquía y es conocida también como la Antigua Constantinopla. Es pura belleza, mires por donde la mires. Rica en cultura, gastronomía y ocio. Una combinación perfecta y extraordinaria de lo occidental con lo asiático y lo europeo con lo oriental, sin perder en ningún momento las raíces y culturas musulmanas que tanto la caracterizan y reflejado sobre todo en la arquitectura de las mezquitas.

Cómo en muchos otros destinos turísticos, los lugares de culto acaban convirtiéndose en visita obligada. Estambul no iba a ser menos. Cada uno de sus templos, cada mezquita, cada iglesia, cada sinagoga, cada lugar de rezo es una obra de arte que deberías visitar sí o sí. Sabemos que verlas todas es complicado, y más teniendo en cuenta que se refieren a esta ciudad como “La ciudad de las mil mezquitas”, y no se quedan cortos, en 2010 hicieron cuentas y había ¡3.028! Demasiadas, se necesitarían semanas o incluso meses para poder apreciar y disfrutarlas todas como es debido. Por ello, te ofrecemos una pequeña guía turística que te ayudaría al menos a conocer las más importantes y las que más atractivo turístico tienen.

Templos de visita obligada:

  1. Mezquita de Santa Sofía

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    Esta mezquita representa el símbolo de la ciudad. La estrella que más brilla de Estambul.

    Es el símbolo de la ciudad, la primera mezquita imperial de Estambul. Ésta se construyó entre el año 532 y el 537. En el siglo XIII, durante aproximadamente 200 años fue la Iglesia del Papa. Más tarde, en el año 1453 fue tomada por el Imperio Otomano y convertida en mezquita.
    Representa la cima de la ciudad, está situada en su punto más alto. Desde cualquier punto podrás divisar su cúpula de 30 metros y sus cuatro impresionantes minaretes.
    En su interior te encontrarás con macizas e imponentes columnas donde se refleja la luz natural que atraviesa por los medallones decorativos y contrastada con la iluminación tenue de la propia mezquita. Un ambiente sacado de otra época te sobrecogerá para transportarte a la Antigua Constantinopla.
    Asombrosa como ella sola, dispone de una segunda planta ornamentada con mosaicos de gran valor e interés histórico. En resumidas cuentas, un templo con magia propia, un espectáculo diario del pasado.


  2. Mezquita Azul

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La mezquita Azul es obra de Sedefkar Mehmet Ağa(1609-1616) y es de los templos más visitados de la ciudad turca

Esta majestuosidad es obra de Sedefkar Mehmet Ağa, discípulo del arquitecto Sinan y construida entre 1609 y 1616, aunque no se inauguró hasta un año más tarde. Desde fuera parece de igual tamaño que la Mezquita de Santa Sofía, pero nuestra vista nos engaña; su dimensión se reduce a la mitad. La cúpula central, que es lo que más sensación causa en el primer encuentro, mide 23 metros de diámetro y 43 de altura. La rodean seis minaretes – los mismos que tenía al principio la Meca, a la cual se le añadió uno más para terminar con la polémica que causó en su momento-. La Mezquita Azul ha sufrido muchos cambios desde que se erigió. Durante sus primeros 1000 años sirvió como iglesia, y ya luego se convirtió en mezquita, momento en que se añadieron los seis minaretes y varios escudos gigantes. Si te adentras en la mezquita, te verás rodeado de más de 20 mil azulejos de colores, traídos de la ciudad de Iznik (Nicea), y que junto a más de 200 vidrieras crean un ambiente sacado de cuento de fantasía.


3. Mezquita de Solimán

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Construida a manos del famoso arquitecto Mimar Sinan en 1550 por orden del sultán Solimán el Magnífico

Se le atribuye esta obra de arte a Mimar Sinan, conocido como el “arquitecto que trabaja sin necesidad de utilizar un plano”, y que fue llamado en 1550 por el sultán Solimán el Magnífico, para crear lo que ahora es una obra de arte islámica de gran referencia, una de las más visitadas por los turistas que viajan a Estambul.

Y es que los 53 metros de altura de la cúpula, con sus 138 ventanales impresionan a cualquiera. El decorado interior, repleto de azulejos de Iznik, te traslada a la época de los sultanes, haciéndote revivir una historia increíble, sintiéndote protagonista de la misma a medida que avanzas por sus pasillos y te pierdes por las “madrasas” (escuelas coránicas) y hamames (baños turcos) que la componen. Incluso podrás estar en lo que fue un pequeño hospital y colegios que lo anexan. Algunos de estos edificios aún sobreviven en la actualidad, aunque se les destina otra función distinta a la de su origen. Si lo tuyo es explorar y aventurarte por donde algunos no se atreven, podrás pasear por el jardín que ahora es un cementerio y donde está enterrado el mismo Soliman el Magnífico, su mujer y el propio arquitecto.

Una belleza incomparable y que se prolonga desde sus jardines, desde los cuales podrás divisar la ciudad de Estambul en todo su esplendor y la gran vista del cuerno de Oro.



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4. Mezquita Rüstem Pasha

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Esta mezquita destaca por estar decorada con azulejos de Iznik con motivos florales y geométricos, en toda su interior, incluso en el mimbar y en el mihrab

Situada en el mercado de  barrio de Beyazit, por orden del gran visir con el mismo nombre. Eligió esta ubicación por ser una zona humilde y para que así no destacara sobre la mezquita de Solimán, construida en el mismo año y diseñada por el mismo arquitecto.

La mezquita de Rüster Pasha destaca por estar decorada con azulejos de Iznik con motivos florales y geométricos, en toda su interior, incluso en el mimbar y en el mihrab. Ascienden los azulejos hasta la cúpula de 15 metros de diámetro, sostenida por varias mini-cúpulas y semi-cúpulas. La recorren hermosas vidrieras que la hacen brillar con una luz especial que se refleja en una fuente situada en la parte frontal, armada de arcos y columnas que fortalecen su estructura.

Parte de la mezquita tuvo que ser reconstruida, tras haber sufrido un incendio en 1660 y tras ser testigo de un terremoto en 1776.


  1. Mezquita de Ortakoy

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Una mezquita romántica que contrasta con el modernismo del puente del Bósforo.

Es de esas bellezas arquitectónicas e incluso paisajísticas que nos encantaría compartir con todo el mundo y usar como postal. La mezquita de Ortakoy se construyó bajo el mandato del sultán  Abdülmecid en el siglo XIX junto a orillas del Bósforo, mar en el que se refleja haciéndola más espectacular de lo que es.

El sultán tenía estancias en su interior, en donde se alojaba de vez en cuando, aunque la función principal de este templo era la de lugar de oratoria.

Es pequeña, de estilo barroco y ornamentada dulcemente con vidrieras y con una cúpula rosada protegida por dos altos minaretes. Una mezquita romántica que contrasta con el modernismo del puente del Bósforo. Se convierte así en la protagonista de un lugar emblemático, en el que se diversifican dos culturas, presenciando la conexión entre dos continentes: el europeo y el asiático.


  1. Mezquita Nueva o Yuni

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Se tardaron casi 100 años en construirla. Un templo que resiste al paso del tiempo aun tras haber sufrido un incendio.

Data de 1663. Tardaron casi 100 años en construirla, debido a que el coste de la obra era muy elevado y que la idea de la mezquita no convencía a todos, sobre todo a Safiye Sultán, la preferida del Sultán Murad III, que estaba en contra de este proyecto. La Mezquita Yuni se vio afectada en 1660 por un incendio, el cual tampoco consiguió terminar con ella. Esta mezquita, resistente y magnífica como ella sola, está ubicada en el barrio de Eminönü, al lado del puente de Gálata, frente al Bazar de las Especias y lugar donde se desarrolla la actividad comercial principal de la zona. Un bello conjunto arquitectónico que eclipsa a millones de visitantes que no dejan de visitarla y fotografiarla.

Tuvo varios diseñadores y arquitectos, el último, el que la terminó fue Mustafá Aga, quien consiguió sacar adelante un edificio de imponente exterior, con una bóveda principal de 36 metros de altura y un diámetro superior a 17, apoyado en cuatro semi-bóvedas, que se abren a un complejo de estructura piramidal seguida de 66 bóvedas más y dos minaretes.

Azulejos de Iznik y mármoles la hacen brillar en color verde, azul y blanco, colores que contrastan en perfecta armonía con las columnas y pilares de mármol y con el dorado de las rejas que separan las salas ceremoniales.

A este edificio se anexaban otros complejos como un hospital, una escuela, baños, fuentes públicas, un mercado y una biblioteca. Concretamente, este mercado tiene vida propia, ya que es el Bazar de las Especias o de Egipto, en la actualidad muy famoso y concurrido, también de visita obligada para todo turista.


  1. Mezquita de Fatih

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Una iglesia convertida en mezquita y que ahora es considerada como referencia máxima de arquitectura clásica turca-islámica.

Esta mezquita otomana fue construida por orden de Memeh II entre 1501 y 1506, y es considerada como una referencia máxima de arquitectura clásica turca-islámica. Situada donde estaba anteriormente la Iglesia de los Santos Apóstoles, que sirvió como mausoleo para los bizantinos hasta el siglo XI.

Exterior e interior son asombrosos. Desde fuera, impresiona su tamaño y su forma. Resalta una gran cúpula de 26 metros que se abre hacia otras más pequeñas, pero de igual estilo. A su alrededor esta mezquita se ve protegida con dos minaretes con balcones, asentados en un bonito patio barroco.

En su interior encontramos una belleza artística sin igual, y con la fuente octogonal tan típica en este tipo de mezquitas. Además la caracteriza el juego de luces de su interior, creando un ambiente relajante y armonioso.

Os recordamos que estamos en un país musulmán, y en la mayoría de los lugares de oratoria tendrás que descalzarte, y en el caso de las mujeres cubrir el pelo.


  1. Palacio Topkapi

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En este palacio están algunas de las piezas más caras del mundo: el diamante cucharero, de 88 kilates y el puñal topkapi, el arma más cara del mundo hecho en oro y esmeraldas incrustadas

Es lo que la Alhambra a Granada. 700.000 metros cuadrados llenos de patios, jardines y edificios en su interior con habitaciones y pasajes increíbles. Todo decorado con azulejos de colores y formas de todo tipo que era lo que se llevaba en la época y un ejemplo de arquitectura otomana.

Dentro del palacio, en el Harén, era donde vivía el Sultán con sus 500-800 mujeres. Su ubicación es alucinante. Se encuentra literalmente entre el cuerno de oro y el mar de Marmara. Una posición estratégica desde donde se controlaba toda la entrada y salida de embarcaciones y que ahora proporciona a los visitantes unas vistas acongojantes desde varios de sus miradores.

En el palacio Topkapi se encuentran también algunas de las piezas más caras del mundo: el diamante cucharero, de 88 kilatacos y el puñal topkapi, el arma más cara del mundo hecho en oro y esmeraldas incrustadas.


  1. Palacio Dolmabahce

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Una pieza única construída con piezas del mar de Mármara, de Egipto, Pérgamo, y con pinturas de artistas italianos y franceses; una auténtica reliquia.

Es uno de los más modernos palacios de Estambul, en contraste con las mezquitas que datan del siglo XV, este monumento se terminó de construir en 1856, momento en que la ciudad se empezaba a occidentalizar. Originalmente se construyó con un estilo renacentista otomano, imitando a palacios como el Buckingham o el del Louvre.

Fue un arquitecto de origen armenio el maestro de esta obra que se calcula que costó unos 1000 millones de marcos alemanes. Y es que cada pieza tiene detrás una gran historia. Utilizaron mármoles traídos del mar de Mármara, el alabastro de Egipto, las columnas de pórfido de Pérgamo y los cuadros y los techos fueron pintados por artistas italianos y franceses.

Los sultanes lo usaron como vivienda, hasta que decidieron tener los suyos propios más cerca del Bósforo y de tamaño más pequeño. Así, pasó a servir básicamente para recibir a embajadores e invitados del estado o donde se trataba con los extranjeros para retrasar los pagos de las deudas.

En 1923 se le asignó este palacio a Ataturk. Tras su muerte se restauró el palacio para convertirlo en un museo donde se exhiben las colecciones de Ataturk.


  1. Cisterna Basílica:

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Un depósito subterráneo de 336 columnas de 9 metros de alto y que pertenecieron a antiguas monumentos. Dos de ellas tienen como base la cabeza de Medusa.

Es uno de los depósitos subterráneos de agua más grandes de Estambul. Se construyó en época de Justiniano I (527-565), para abastecer al Palacio en caso de ser atacada la ciudad. Se llenaba éste desde los acueductos de Valente y de Adriano, con agua traída de los Bosques de Belgrado, a 20 kilómetros de Constantinopla.

Alcanza unos 140 por 70 metros y puede almacenar unos 100 mil m3 de agua.

En su interior se puede ver una gran belleza arquitectónica donde se levantan 336 columnas de 9 metros de alto y que pertenecieron a antiguas monumentos. Dos de esas columnas, tienen como base la cabeza de Medusa, un ser mitológico del que se dice que quien la mirara se convertía en piedra.

Un conjunto increíble que cobra vida por unas pasarelas turísticas, ambientadas con luz tenue, música de fondo y un curioso frescor que provienen del remanso tranquilo de agua. De película.


  1. Iglesia de San Salvador de Chora

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Este templo fue originariamente una iglesia. Más tarde se convirtió en mezquita, y ya en nuestros días funciona como museo.

También llamada San Salvador de Cora o Kariye Müzesi (en turco). Construida entre el siglo V y VI por orden de Justiniano y renovada en el siglo XI, se considera una gran muestra de arte bizantina. En sus orígenes funcionó como iglesia, luego, tras la conquista de Constantinopla por los turcos se convirtió en mezquita y pasó a llamarse Kariye. Y ya en la actualidad pasó a ser un museo. A primera vista, lo que resalta de este edificio no es su belleza o tamaño exterior, sino lo que se esconde dentro. Está ornamentada con mosaicos y frescos, una de las grandes y más importantes herencias de los artistas bizantinos.



 

Tampoco te pierdas:

  1. plaza de beyazitPlaza de Beyazit:

    Es un lugar donde se pueden ver varios edificios peculiares y majestuosos. Si te da tiempo acércate a curiosear. Al norte de esta plaza encontrarás la universidad. El acceso a esta se hace por una pintoresca puerta de acceso restringido, pero que merece ir para al menos admirar su belleza. También tenemos en la plaza la Torre Beyazit, de altura considerable y donde anteriormente estuvo el primer palacio de Mehmet II en Estambul, hasta que se construyó el Palacio de Topkapi.


  2. cuerno-de-oroCuerno de Oro:

    Es uno de los puertos naturales más bonitos del mundo. Se dice que los bizantinos sumergieron debajo de este santuario sus tesoros y objetos de gran valor. Es famoso también por dividir la parte europea de Estambul en la zona vieja y en la Gálata. Está rodeado de hermosos parajes, parques y puentes por los que pasear y desde los cuales puedes alcanzar una vistas increíbles de la zona vieja de la ciudad, mientras cruzas el mar Bósforo.


  3. torre-galata-estambulTorre Gálata:

    Hay que subir 143 escaleras para llegar al alto de la Torre Gálata, y así desde arriba poder divisar las increíbles vistas de la ciudad. Este centenar de escaleras no es el único acceso a la cima de la torre, también se ha instalado un ascensor para que todo el mundo pueda subir y disfrutar de las panorámicas. Ésta fue construida hacia 1348. Consta de nueve metros de diámetro y 140 metros que se alzan desde el nivel del mar, una impresionante fortificación que protegió a los genoveses de los ataques bizantinos.


  4. torre-de-leandroTorre Leandro:

    Así es como le llamaron los europeos, aunque los turcos le llaman Kiz Kulesi o Torre de la Doncella. Se construyó en el siglo XVIII en el mar del Bósforo, en una zona rocosa a dos metros de la orilla y frente al barrio de Salacak de Üsküdar. Este islote sirvió como fortaleza para los bizantinos, aunque también se usó como centro de cuarentena durante una epidemia, como faro y como puesto de aduanas; En la actualidad se conserva el estilo arquitectónico con el que fue diseñado, y se ha convertido no sólo en un monumento de atracción turística, sino también se ha aprovechado para montar un restaurante y un club nocturno.


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  5. Hipódromo Romano:

    Este complejo tiene más años que cualquier otro monumento, data del año 200 d.c. Ha sufrido mucho durante toda su historia y hasta el día de hoy sólo se conservan algunos monumentos en su interior como l Obelisco Egipcio, la Columna Serpentina, la Columna de Constantino o la Fuente Alemana. El paso del tiempo ha pasado factura a este hipódromo, siendo testigo de agrupaciones musicales, espectáculos de bailarines y acróbatas e incluso batallas de fieras, todo bajo la atenta mirada de un público que por aquel entonces era lo único que tenían como ocio.


  6. Fortaleza de Rumeli HisariFortaleza de Rumeli Hisari:

    Se levantó en tan sólo cuatro meses en el año 1452, y es una de los mejores ejemplos de arquitectura militar del mundo. Se destinó para prevenir a los otomanos de la llegada de las flotas de los bizantinos, por lo que la situaron estratégicamente en la zona más estrecha de Constantinopla. Tras ser conquistada la ciudad, esta fortaleza perdió su vitalidad, su importancia y pasó a ser usada como prisión estatal, hasta que en el siglo XX se restauró por orden del presidente Celal Bayar, quien convirtió el castillo en un museo al aire


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Organiza tu viaje por días:

Como has visto son muchos monumentos y lugares interesantes para ver. Pero no te agobies, además de estar ordenados por importancia también te vamos a echar una mano por si tu viaje va a ser más exprés de lo normal. Ahí te va un consejillo de si tu viaje es por días:

Visitas recomendadas del primer día:

  • Basílica de Santa Sofía
  • Mezquita Azul
  • Cisterna Basílica
  • Cuerno de Oro

Visita turística de dos días: haz en tu primer día la anterior ruta y súmale lo siguiente:

  • Palacio de Dolmabahce
  • Palacio de Topkapi
  • Gran Bazar

Visita turística de tres días: continúa tu ruta con los siguientes destinos:

  • Mezquita de Soliman
  • Mezquita Rüstem Pasha
  • Mezquita Nueva

Visita turística de cuatro días: después de visitar tantos monumentos sin parar toca:

  • Mezquita Ortakoy
  • Gran Bazar
  • Baño turco

Visita turística de cinco días: es el día de darnos un capricho y estar más de relax:

  • Crucero por el Bósforo
  • Recorrido por el hipódromo
  • Una copa en un bar o pub para cerrar el día y el viaje

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 QUÉ SABER ANTES DE PARTIR

  1. Trámites: es muy importante que revises tu DNI y que esté en vigor y con una validez mínima de tres meses. Lo mismo con el pasaporte. Por otro lado, acuérdate de que tendrás que recoger tu visado al llegar al aeropuerto de Estambul, concretamente en el control de pasaportes y tendrás que pagar sobre 15 euros. Una vez obtenido éste, ve a Baggage, para que te lo sellen y puedas así luego recoger tus maletas.
  2. Usan una moneda distinta, la lira turca. No es necesario que cambies todo tu dinero, ya que allí habrá sitios donde usen el euro. Lleva ambas monedas, a veces te saldrá más barato pagar en una u otra.
  3. Idioma: el turco es el oficial, pero al ser una ciudad turística podrás hablar en inglés y no te extrañes de que incluso alguien sepa español.
  4. Transporte: lo mejor es moverse en transporte público, aunque todo depende de las rutas que hagas y cómo organices tu viaje. Cómo consejo, no alquiles un vehículo propio, sería muy caótico conducir por allí, y tampoco es recomendalbe utilizar el taxi o el autobús. Para el resto de transporte público te informamos a continuación. También te decimos trucos como el del comprar el billete akbil, que sirve para varios trayectos y varios transportes; lo podrás comprar en la mayoría de los estancos. Olvídate de comprárselo a alguien a pie de calle, te lo cobrará al doble de precio. Y si compras un billete normal, un jeton, también te saldrá más caro. Además, la tarjeta electrónica istanbulkart puedes ahorrar hasta un 10 % en todos los trayectos.
    • Los ferrys parten aproximadamente cada 20 minutos en horario de 7 a 23 horas.
    • El metro funciona desde las 6 a 23 horas. Es moderno y conecta perfectamente con toda la ciudad.
    • El tranvía está operativo de 7 a 21,30 horas.

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